Crearon una página web llamada Laboratorio de la risa, con dos secciones, una para recibir chistes y otra para votarlos.
Recibieron 40.000 chistes y 1,5 millones de votos. Como es lógico, los chistes gustaron más según países, edades, sexo e incluso según la hora del día. Y el más votado fué el siguiente:
Dos cazadores se encuentran en el bosque
cuando uno de ellos se desploma.
cuando uno de ellos se desploma.
Parece que no respira y tiene los ojos vidriosos.
El otro coge su teléfono móvil y llama al servicio de emergencia.
“¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?", pregunta, histérico.
La operadora contesta: “Cálmese, yo le ayudo.
Lo primero es asegurarse de que su colega está realmente muerto”.
Sigue un silencio y después se oye un tiro.
De nuevo al teléfono, el cazador dice: “Vale, ¿y ahora qué?".
Dice Wiseman: A veces, los chistes nos hacen sentir superiores a los demás, reducen el impacto emocional en una situación llena de ansiedad o nos sorprenden porque contienen alguna incongruencia. El chiste de los cazadores tiene los tres elementos.
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