El sumo comenzó a extenderse fuera de Japón en la pasada década de los 80, llegando también a practicarlo mujeres. Entre las mejores están las rusas y ucranianas.
Sin embargo, a las japonesas les está costando más entrar en ese mundo, ya que les pesa mucho una tradición de siglos que reserva esta actividad a los hombres y según la cual la mujer no podía siquiera pisar el círculo sagrado de lucha.
La Federación Femenina de Sumo se creó en 1996 y organizó el primer campeonato internacional en 2010.
Por cierto, llevan más ropa que los hombres. En la foto, Miki Satoyama, de la categoría de pesos pesados.
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